El fútbol, considerado como el rey de los deportes por muchos latinos de América del Sur y Centroamérica, despierta una pasión contagiosa. Y aquellos que han emigrado a Connecticut no han dejado de un lado ese amor por el juego que cultivaron en sus países de origen.
Personas como Dayana Corredor y Julian Rubino, oriundos de Colombia, fundaron la escuela de fútbol Arrayanes a mediados de 2023 con el propósito de inspirar a una nueva generación de latinos nacidos en los Estados Unidos a abrazar este deporte.
Julian Rubiano, el autor, director técnico, fundador y dueño de Arrayanes, está abriendo caminos y dando forma al deporte del fútbol para niños y jóvenes en Connecticut. Al mirar el meteórico ascenso de la popularidad del fútbol en los EE.UU., Rubino reconoce la labor de figuras destacadas, como Lionel Messi, astro argentino del fútbol, quien ha estado participando de la Major League Soccer con el equipo Inter Miami. Dijo que el atractivo global del deporte brinda al fútbol la capacidad de unir diversas comunidades.
“Veo el fútbol como libertad, una oportunidad dentro del campo para expresar tu verdadero ser, algo que quizás no puedes revelar en tu día a día”, expresó Rubiano. “El fútbol es igualdad y todos estamos incluidos”.
Para aquellos que enfrentan limitaciones financieras, Arrayanes recibe a todo el mundo, con opciones de voluntariado y apoyo de los padres y representantes para obtener donaciones y patrocinios.
La trayectoria de Rubiano de más de 15 años en el fútbol ha sido diversa. Con su trasfondo como jugador y luego de ejercer distintos roles en clubes deportivos, afirma que aporta una gran experiencia a Arrayanes. Su visión va más allá de entrenar atletas; se trata de inculcar valores, crear experiencias memorables y fomentar un sentido de pertenencia.
“Solo aquellos que lo viven pueden sentirlo”, expresó Rubiano.
Con un enfoque en valores, disciplina y respeto, su escuela enseña a un grupo diverso de niños y jóvenes de 3 a 18 años de edad, entre ellos hispanos de segunda generación y blancos. Los chicos participan en sesiones de fútbol bilingües donde se promueve la interacción social y la cohesión comunitaria. En invierno reciben 25 participantes y más de 70 en verano.
Filosofía de entrenamiento
Xavier Aguirre Santana, coordinador de orientación de la escuela de fútbol Arrayanes, también afirma que aporta una gran experiencia y pasión al campo. Santana, quien viene de Ecuador, siente una conexión profunda con el fútbol. Desde sus primeros días como jugador hasta su transición a entrenador, ha pasado más de dos décadas perfeccionando sus habilidades deportivas.
Comentó que ser entrenador de fútbol de niños pequeños es menos común en los Estados Unidos.
“Aquí, veo bastante retrasado el entrenamiento del fútbol de los niños, ya que no es el deporte principal del país”, dijo Santana. “Lo que significa que los entrenadores no están suficientemente preparados para dirigir a un niño”.
La experiencia de Santana incluye entrenar equipos juveniles y profesionales, fomentar el talento y dar forma a la próxima generación de jugadores.
“No es lo mismo tener experiencia jugando fútbol que enseñar a alguien a jugarlo. Debes pasar por un proceso académico y mejorar para poder enseñar”, afirmó. “Creo que Arrayanes dará el primer impulso para que el resto de las escuelas de fútbol procuren mejorar y ajustar su planificación deportiva de acuerdo con las edades de los niños”.
Al reflexionar sobre el estado de los deportes para niños y jóvenes en los EE.UU., Santana reconoce los desafíos en el desarrollo del fútbol, enfatizando la importancia de fomentar el talento prodigioso local de los latinos mediante la implementación de mejores estándares de entrenamiento y programas de entrenamiento estructurados para preparar el camino hacia futuras oportunidades profesionales en el fútbol.
La próxima generación del fútbol estadounidense
Desafiando las normas de género, Dayana Corredor, cofundadora y fuerza impulsora detrás de Arrayanes, se destaca como pionera en un ámbito tradicionalmente dominado por hombres. Con un firme compromiso con la inclusión y la igualdad de género, Arrayanes presenta con orgullo divisiones mixtas, subrayando su convicción de que las personas de todos los géneros tienen el potencial de prosperar en el mundo del fútbol.
“Creo que la belleza del fútbol es que es universal; nos incluye a todos”, dijo Corredor. “Históricamente, nosotras las mujeres no hemos tenido la [misma] oportunidad en este juego. Mi papel aquí es apoyar a las niñas y sus habilidades”.
Brittany Abigail Rodriguez, de diez años y de raíces hondureñas, dice que las niñas pueden sobresalir en cualquier deporte.
“Me gusta conocer gente nueva y aprender cosas nuevas”, comentó Rodriguez. “Las niñas pueden jugar fútbol y practicar cualquier deporte. Me hace sentir fuerte y poderosa”.
Rodriguez animó a otros niños a seguir sus pasiones independientemente de las expectativas de la sociedad, destacando la importancia de creer en uno mismo.
Desde Norwalk, con vínculos con El Salvador, jóvenes prodigios del fútbol como Miguel Alfonso Carranza, a quien sus compañeros llaman cariñosamente “Miguelito”, ya están causando sensación con tan solo seis años de edad. Con su deseo por dominar nuevos trucos y habilidades en el campo, Miguel dijo que encarna el verdadero espíritu del deporte.
“Es muy divertido”, aseguró. “Es mejor cuando usas la cabeza”.
En un futuro cercano, Rubiano espera forjar alianzas con clubes como Hartford Athletic para impulsar un vivo ambiente futbolístico en Connecticut, destacando el fuerte vínculo entre la juventud latina local y el deporte. Dijo que su objetivo es nutrir su talento para el éxito profesional a través del desarrollo integral.
“Seré futbolista si quiero”, dijo Carranza, de seis años. “Si trabajas más duro, ganas más dinero”.