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Hernán LaFontaine: el primer superintendente boricua de un distrito escolar en Estados Unidos y pionero en la educación bilingüe

Hernán LaFontaine, one of the first Puerto Rican school superintendents in the mainland United States.
Itzel Rivera
/
El Nuevo Día
Hernán LaFontaine, uno de los primeros superintendentes puertorriqueños de un distrito escolar en los Estados Unidos continentales.

En una pequeña biblioteca que respira historia y conocimiento, Hernán LaFontaine habla, a sus 91 años, con la misma pasión con la que transformó la educación bilingüe en Estados Unidos.

Fue el primer docente de ascendencia puertorriqueña en ser nominado superintendente de un distrito escolar en la nación, en este caso, en Hartford, Connecticut, en 1978. Junto a El Nuevo Día, revivió –con una memoria intacta– lo que fue esa trayectoria.

“Siento orgullo y felicidad de haber tenido esta oportunidad, con las gracias del Señor. A veces, quisiera que mami y papi estuvieran aquí, pero, por lo menos, espero que desde allá arriba me estén escuchando”, expresó conmovido.

Tan reciente como el pasado 7 de octubre, la Junta de Educación de Hartford reconoció sus seis décadas de trayectoria nombrando una escuela de la ciudad en su honor, convirtiéndolo en la primera persona viva en recibir tal distinción en la ciudad.

“Es una fantasía para mí y, si yo no hago más nada en mi vida, estoy contentísimo de que he logrado dar un paso hacia el éxito de nuestra juventud”, articuló.

En la conversación sobre sus mayores logros y retos, resaltó que la familia ha sido “lo más importante del proceso”. Su madre era oriunda de Utuado y su padre, de Ponce, quien, tras concluir su servicio con el Regimiento de la 65 de Infantería (“Los Borinqueneers”), determinó que se mudarían a Nueva York.

Allí, en 1934, nació LaFontaine, en “El Barrio” o “Spanish Harlem”, la comunidad latina y puertorriqueña del estado. Aunque marcada por la pobreza, violencia y las barreras del idioma, la educación, dijo, no podía faltar. “Mami y papi, comoquiera, siempre me decían que tenía que estudiar”, anotó.

Desde niño, LaFontaine se sentía atraído por la ciencia y, en la universidad, se formó como químico, pero luego se fue a la milicia. A su regreso, comenzó a trabajar en un laboratorio, pero, en unos meses, perdió el interés.

Sin embargo, una de sus hermanas mayores, maestra de Español en una escuela intermedia en Nueva York, lo invitó un día a su salón de clases. Aquel gesto cambió el rumbo de su vida, decidiendo que quería enseñar.

Segregación racial

Comenzó su carrera como maestro de Ciencias en una escuela intermedia de El Bronx. Era 1957 y, con solo 24 años, LaFontaine daba los primeros pasos en un sistema escolar inestable.

En ese entonces, muchas ciudades de Estados Unidos experimentaban tensiones sociales relacionados con la pobreza y la segregación urbana. A menudo, estas situaciones se traducían en retos de disciplina y seguridad para el sistema educativo.

Pocos años después, su pasión por la enseñanza llamó la atención de un director, quien, en abril de 1964, lo reclutó para ser su asistente principal en la apertura de una nueva institución en Harlem, la escuela intermedia IS 201 (Intermediate School 201, en inglés).

La IS 201 estaba planificada para abrir en septiembre de ese año, como parte de un proyecto modelo que buscaba tener instalaciones más modernas y programas especiales. Sin embargo, la comunidad local se opuso desde el inicio, al percibir la escuela como un acto de segregación racial: casi todos los 400 estudiantes serían de minorías. Para muchos, era una escuela destinada para separarlos de los blancos. Hubo varios meses de boicots, protestas y retrasos.

“La cosa se estaba poniendo más violenta cada día, hasta que la Junta de Educación le dijo al principal, Stanley R. Lisser, que no podría entrar al plantel, porque había gente diciendo que ‘matarían a ese blanco’”, relató.

Los sucesos ocasionaron, más adelante, la salida del principal. La escuela inauguró con LaFontaine asumiendo el cargo de forma interina durante todo el año, en un intento por promover una educación más equitativa.

“El resto del año fue así, una pesadilla. Recuerdo hasta madres entrando con sus bebés al salón para caerles encima a los maestros”, narró.

Educación bilingüe

LaFontaine terminó en la IS 201 cuando se fue a completar un doctorado. Mientras tanto, una persona lo contactó con el interés de recibir su ayuda para abrir una escuela bilingüe en El Bronx.

“No era ningún crimen hablar español, pero había mucha resistencia. Fue una lucha tratar de bregar con la población opuesta a que se utilizara otro idioma en las escuelas públicas”, rememoró.

LaFontaine y sus colegas abrieron, en 1968, la escuela elemental PS 25 (Primary School 25, en inglés), primer plantel bilingüe en Nueva York y el segundo en todo Estados Unidos –el primero estaba en Coral Way, Florida–. Ese año, viajó a Puerto Rico y reclutó a 17 maestros para la PS 25.

“En la primera graduación del sexto grado, en 1970, una señorita que hablaba inglés dio su discurso completo en español, y otro muchachito que hablaba español dio su discurso en inglés. Eso nunca se me olvida, fui de un infierno en la IS 201 a un paraíso en la PS 25”, destacó.

Posterior a ello, LaFontaine, junto a otros educadores, establecieron, en 1972, la Oficina de Educación Bilingüe en Nueva York.

Fue nombrado director y llegó a tener, durante su cargo, a 72,000 estudiantes participando de los programas. Ya no solo en español e inglés, sino también en francés, creole, japonés, albanés y griego, entre otros idiomas. Antes de su salida, formalizó 27 currículos bilingües en idiomas extranjeros.

Asimismo, fue uno de los fundadores de la Asociación Nacional para la Educación Bilingüe (NABE, en inglés), que tenía el propósito de expandir el alcance del movimiento a nivel nacional.

Al culminar una de las conferencias de NABE, en California, recibió una llamada para ser entrevistado para el puesto de superintendente de las Escuelas Públicas de Hartford (HPS, en inglés), en Connecticut, donde el 8% de la población es puertorriqueña.

LaFontaine no solicitó directamente, sino que su nominación a superintendente la hizo María Sánchez, activista política y primera legisladora boricua en Connecticut, quien estuvo en la presentación en California.

“Ella no sabía quién yo era, pero le gustaba lo que escuchaba. Yo no había aplicado y tampoco estaba interesado... era muy feliz en Nueva York”, indicó.

Primer superintendente boricua
Aun así, LaFontaine decidió viajar a Hartford y, luego de varias entrevistas, aceptó la oferta. Fue nombrado, en 1978, para comenzar sus labores oficialmente el 1 de abril de 1979. En ese momento, HPS tenía cerca de 31,000 estudiantes; ahora, tiene aproximadamente 16,000.

“Yo era nuevo, extranjero, nadie me conocía, tú sabes. Y de eso hablaban, pero no necesariamente de una manera positiva... pero yo seguí enfocado en la educación”, afirmó. Su método para “calmar la violencia” fue volver a lo básico: impulsar las artes y la música.

Utilizó, además, el concepto filosófico “Paideia”, que se basa en promover una enseñanza más inclusiva, rigurosa y el pensamiento crítico. De ahí, LaFontaine desempeñó un papel crucial en la creación de la primera escuela Classical Magnet en Hartford, que son planteles con enfoques académicos especializados.

La inauguración de la primera escuela de este tipo se hizo en 2004, cuando ya LaFontaine había culminado su término, en 1991. De hecho, esta fue la institución nombrada como “Hernán LaFontaine Classical Magnet” el pasado 7 de octubre.

“De vez en cuando, hay alguien que, hasta en el supermercado, me da un abrazo y, sin yo saber quién es, me dice: ‘usted no sabe lo que hizo por mí’, y eso es lo que importa. La educación ha sido la ruta esencial para cualquier obra en la que uno espera tener éxito”, recalcó.

El legado que dejó abrió puertas a otros superintendentes de descendencia puertorriqueña. En el caso de Hartford, Christina Kishimoto y, luego, Leslie Torres-Rodríguez, quien salió del cargo en agosto de este año. En el caso de la ciudad de New Haven, el puesto lo ocupa actualmente la boricua Madeline Negrón.

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